no-dejes-para-mañana
La Procastinación
La procastinación  es postergar acciones que deben hacerse o situaciones que deben atenderse sustituyéndolas por otras más irrelevantes o agradables.Es enemigo  público de la productividad personal. Esto debilita nuestra efectividad personal  y tiene diversos  impactos laborales y personales.
Los testimonios abundan, he escuchado relatos de personas que no van a buscar el resultado de un examen médico a la clínica por no querer leer una mala noticia. Parejas que no se animan a enfrentar sus diferencias por no discutir. He sido testigo de como compañeros de trabajo prefieren no  dan retroalimentación a sus colegas, por lo desagradable que resulta. He visto como padres no imponen límites a sus hijos por evitar el conflicto. Personas que postergan limpiar la casa, pagar cuentas, conversar con un familiar o hacer una reunión. Del mismo modo, he visto como se  afecta el autodesarrollo personal al   dilatar problemas familiares, postergar actividades recreativas o  retrasar decisiones profesionales.
Una aproximación al fenómeno
¿Por que si mi conciencia  me dice que la acción “A” es la que debo a realizar, la postergo innecesariamente y hago “B o C”?
En un primer acercamiento sicológico   la respuesta  es simple, dado que buscamos sentirnos bien  evitamos lo que percibimos como molesto, doloroso o ansiolítico. Es así como podemos postergar acciones.
Un segundo acercamiento tiene que ver con nuestros miedos tal como lo señala el aporte de Riemann. Dado que cada uno de nosotros tiene  necesidades básicas a cubrir en los primeros años de vida:  afecto, atención y aprobación. :  El como las hemos cubierto estas necesidades, enriqueciendo o dejando vacíos en nuestra personalidad nos hace únicos.  Esta experiencia inicial predisponen nuestro estar en el mundo. Con  ellos surgen cuatro formas de ansiedad que dan sentido al sufrimiento.
  • El miedo a autorrealizarse, sentido como desprotección y aislamiento.
  • El miedo a renunciar a uno mismo, a experimentar la disolución del ego.
  • El miedo al cambio, experimentado como transitoriedad e inseguridad.
  • El miedo a lo permanente, experimentando como irrevocabilidad y esclavitud.

Por lo anterior, resulta muy útil explorar nuestras ansiedades cuando deseamos postergar una actividad, pues ellas pueden hablar  más de nuestra historia personal que del desafío actual que tenemos al frente.

Estrategias para enfrentar la procastinación
1. Darse cuenta: Es el primer paso para abordar la postergación. Ser  consciente de nuestras reacciones. Darse cuenta del problema es ya el 50% de la solución. Conocerse a uno mismo, comprenderse, aceptarse, quererse y perdonarse es clave. El generar un espacio interior para luego habitarlo es el mejor gimnasio para ponerse en forma y alinear: mente, emocionalidad y cuerpo.
2. Actuar con coraje: actuar con coraje en el día a día y hacer lo que debemos hacer aunque sea desagradable. Más aún, lo desagradable es lo   primero que debes hacer.  Y aquí  me permito compartir una historia, cuando era niño mi madre preocupada de nuestra salud, solía darnos una cucharada de aceite de bacalao por las mañanas a pesar de nuestras protestas y estratagemas para librarnos del ritual de invierno. No recuerdo haber tomado algo más desagradable en mi infancia. Sin embargo, aprendí a tomar este jarabe en las mañanas y lo mejor que he crecido con una buena salud.
Por lo anterior,  recomiendo  dos cosas contra la postergación del propio deber. Primero, se consciente de tus ansiedades y miedos y a la hora de definir tus proyectos o agenda diaria. Segundo:  ¡Tómate el aceite de bacalao primero!  Y verás como todo lo demás fluye.
Artículos relacionados.