Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correras peligro. (Sun Tzu)

Te levantas con todo el optimismo del mundo, llegas con un muy buen nivel de energía,  con toda tu buena voluntad  y comienzas a trabajar en  tu agenda del día. Sin embargo, no puedes avanzar.  Muchas interrupciones, llamados telefónicos, reuniones, correos y más correos, se acaba  la jornada y te das cuenta que luchaste como un león y no conseguiste ninguna presa. Terminas abatido  y estresado, pues tu lista de cosas pendientes no disminuyo sino que  aumentó. Incluso decides robar horas al sueño para hacer algunas cosas pendientes.

Te parece familiar esta situación. Bueno no eres el único.  Para mí fue un  tema recurrente durante mucho tiempo hasta que descubrí  que estas batallas no se ganaban con fuerza de voluntad sino con la inteligencia creando situaciones ventajosas,  en las cuales resultase muy fácil triunfar. Para comprender esto, conviene analizar el trabajo con mirada  de estratégica

Analizar el trabajo como Estratega

Si  miramos el trabajo como una batalla en la cual tenemos que lograr ciertos objetivos y resultados y consideramos las adversidades como “enemigos”,  los consejos del Arte de la Guerra nos resultan muy pertinentes. Pues Sun Tzu señala que antes de entrar en combate se puede saber quien va a ser triunfador analizando algunos  factores.

Uno de ellos es el terreno y otro es el tiempo.

  • Evaluar el terreno es saber donde es fácil o difícil desplazarse, si se trata de campo abierto o lugares estrechos. Esto  condiciona las posibilidades de supervivencia.
  • Evaluar el tiempo es conocer las condiciones en las que nos movemos, frío o calor, días despejados o lluviosos, verano o invierno. Esto condiciona las posibilidades de victoria.

Esto aplicado al trabajo   significa conocer los momentos de mayor energía y concentración, como los momentos de baja energía y poca concentración. Conocer el tiempo real disponible para hacer las cosas y el tiempo  bloqueado con  compromisos o reuniones ya tomados en los cuales si o si se tiene  que estar.

Esto significa reconocer cual es el mejor terreno para hacer una cosa. Que cosas conviene hacer en el trabajo, que cosas en la casa, que cosas en la calle. Lo que puede parecer sencillo pero resulta todo  un arte. Pues, dado que podemos disponer de un computador y Wi Fi en diversos lugares, definir que hacer  en la oficina, en la casa o en la calle puede tener diversas alternativas.

Por lo anterior, el consejo de evaluar los factores de tiempo y terreno son claves para la victoria. No reflexionar sobre ellos puede llevarte a la derrota.  Dicho esto en lenguaje productivo, conocer adecuadamente los contextos puede sacarte de terrenos pantanosos donde no logras ser ni eficiente ni productivo. Utilizar adecuadamente los contextos permite tener bajo control  las interrupciones, cansancio, el estrés y la sobredemanda de tareas.

Los contextos.

David Allen define los contextos como cualquier herramienta, lugar y persona que necesitas para completar una acción determinada. Por lo anterior, si dispongo de un computador y tengo registrado en mi lista todas las tareas que puede hacer frente a un computador puedo elegir la más pertinente y si termino una paso a la siguiente y continuo. Del mismo modo si estoy en casa, y tengo diversas cosas que hacer en este lugar, puedo elegir la mejor.

Cuando trabajamos con otros, este criterio es muy relevante. Pues las tareas o decisiones que debo tomar con otra persona, las puedo tener registrada de tal modo en una lista que, cuando me reúno con ella,  puedo hacer de una vez las 3 o 5 cosas que hemos de trabajar juntos. Y por consiguiente, evito desperdiciar tiempo en una serie de reuniones o interrupciones.

Ahora bien, se puede incrementar más aún  la efectividad si se tiene  presente el tiempo y la energía disponible. Así de la combinación de estos factores tenemos diversas combinaciones:

  1. Mucho tiempo, mucha energía: Aquí agrupamos las tareas que requieren de mayor concentración. Escribir un documento, preparar un informe. por nombrar algunas.
  2. Mucho tiempo, poca energía: El tipo de tareas que entran aquí son las que requieren poca concentración como leer un libro.
  3. Poco tiempo, mucha energía: Aquí agrupamos tareas que se pueden hacer muy rápido pero que requieren mucha  concentración. Revisar pruebas, pagar electrónicamente las cuentas personales, son algunos ejemplos
  4. Poco tiempo, poca energía: Son tareas que se hacen rápido casi de modo automático. Por ejemplo, imprimir un documento.

A modo de ejemplo. Mi jornada laboral comienza a las 8.00 am. Por lo general, trato de no programar ninguna reunión antes de las 10.00 am. Por lo tanto, dispongo de mucho tiempo y mucha energía. Aquí hago las tareas que requieren máxima concentración tales como: crear una presentación, escribir un artículo, diseñar un programa, son tareas que realizo en este momento. En cambio  si tengo que imprimir algo, lo hago hacia las 13.00 hrs., donde mi nivel de energía y concentración es baja.

El poder de los Contextos

Parafraseando a Sun Tzu podemos decir,  si no te conoces bien y no valoras adecuadamente tus contextos ganaras algunas batallas y perderás muchas. Pero si te conoces bien y valoras adecuadamente tu entorno, saldrás victorioso en todas tus  batallas diarias.

Por lo tanto, puedes crear muchos contextos para triunfar en tus batallas personales si. Pues,  tal como señala José Miguel Bolívar, el contexto te ayuda a enfocarte correctamente cuando:

  • Conoces tus niveles de alta y baja energía durante el día. Tus momentos de máxima y mínima concentración de tu jornada.
  • Sabes usar un computador o notebook conectado con Wi Fi o en modo offline.
  • Distingues las cosas que mejor se pueden hacer en tu puesto de trabajo o en tu casa o  en la calle.
  • Logras discernir las cosas que puedes hacer solo o que cosas se pueden hacer con la ayuda de otros.

Cambia el curso de tus batallas diarias.

Si es la primera vez que escuchas sobre el poder de los contexto, te quiero decir que si lo usas correctamente serás promovido de oficial a general, en el mundo de la productividad personal. Por lo tanto, te invito a escribir tus contextos y usarlos. Además, si tienes preguntas, no dudes en escribirlas abajo.

Si ya habías escuchado hablar de los contextos y aun no lo usas, te invito a hacer la prueba por una semana o un mes para luego evaluar.

Pero si ya eres todo un “boina negra» en el uso de los contextos ¿que consejo nos puedes dar ? Por favor deja abajo tu comentario.